Nuevo disco de Beirut – The Rip Tide‏

Cuando Beirut lanzó Gulag Orkestar (Ba Da Bing!, 2006), la afamada NPR (National Public Radio por sus siglas en inglés) afirmó que el disco “transportaba al escucha a lugares de ensueño”. Ese espíritu de viaje permanece como una marca en The Rip Tide. Es una verdadera delicia para los eclécticos, una producción de asombrosa nostalgia optimista.

Desde los inicios de Beirut, Condon reveló su habilidad para meter pequeños pedazos de mundo en tres minutos musicales deleitándonos con melodías en las que la mandolina y las trompetas nos transportaban a los rincones balcánicos que él visitó en su adolescencia. Lon’ Gisland (Ba Da Bing!, 2007), es el soundtrack del viaje entre trenes y autos que nos llevó hacia The Flying Club Cup (Ba Da Bing!, 2007), un álbum lleno de reminiscencias y homenajes a la chanson y las tradiciones francesas. Y en March of the Zapotec/Holland (Pompeii Records, 2009), el joven cantautor se adentra en la música tradicional mexicana y nos sitúa a un costado del zócalo de la ciudad de Oaxaca.

La “melancolía épica” descrita por el mismo Condon, que Beirut pretende embotellar en su sonido indie-folk, ha caracterizado el trabajo de la banda desde sus inicios cuando Condon experimentaba con influencias del jazz y beats electrónicos. Sin embargo, con The Rip Tide, la melancolía de Condon sigue imprimiéndole un sello nostálgico a su música, pero lo que ésta transmite ya no es una nostalgia por lo perdido que a veces resultaba un tanto dolorosa, sino ahora se muestra, incluso, optimista. The Rip Tide es un viaje meditativo. La banda parece haber llegado a ese punto en la vida de todo viajero en el que desempaca todos los espectáculos, sonidos, sabores y sensaciones que ha recolectado para volverlos parte de su vida cotidiana. Los nueve tracks del álbum contienen los sonidos clásicos de Beirut como el ukelele, trompetas, violines y acordeones, pero se matizan con melodías armoniosas que ya no pretenden transportar a lugares trasatlánticos como la banda solía hacerlo. The Rip Tide toma los sonidos que han influenciado a la banda en todo este tiempo y los condensa en una propuesta que por primera vez, nos atrevemos a afirmar, es realmente sui generis.

Las letras muestran, por otra parte, a un Condon más maduro y seguro del rumbo que toma ahora que ha digerido su aprendizaje de trotamundos. En “East Harlem”, una composición con trompetas más inclinada al indie melodioso que al género folk o world, nos cuenta una apología del viajero y su inspiración para volver a casa. “Goshen”es una semi-balada que al inicio nos recuerda a un sonido clásico del pop británico de principios de la década pasada, para después volver con los redobles inesperados, las trompetas y las letras reflexivas que hacen el escuchar a Beirut, como mencionamos anteriormente, una verdadera delicia para los eclécticos. En “Santa Fe” se percibe claramente la influencia de Realpeople, el experimento electro con el que Condon comenzó a hacer música a los quince años. Y qué decir de la canción que le da nombre al álbum, “The Rip Tide”, una prima en la que el piano y la letra delatan a un Condon orgulloso de sus momentos de soledad, signo inequívoco de que ha obtenido la madurez suficiente para poder estar solo con sus pensamientos.